EPISTEMOLOGÍA RELATIVISTA
Kenneth J. Gergen
Resaltando la distinción de la naturaleza del conocimiento (Exogena-Endogena):
En psicología se ha hablado de un constructivismo evolutivo, educativo, cognitivo, terapéutico (Rodrigo & Arnay, 1997) y, en concreto, dentro de los ámbitos evolutivo y educativo, se han desarrollado distintas orientaciones teóricas y aplicadas relacionadas con los postulados constructivistas. Entre otras, podemos referirnos al constructivismo piagetiano, al constructivismo cognitivo inspirado en la teoría de esquemas y el procesamiento humano de la información, al constructivismo social o sociocognitivo, a la teoría histórico-cultural del desarrollo y del aprendizaje, a la teoría sobre la construcción del conocimiento en dominios específicos, etc. (Coll, 1996; Pozo, 1996; Rodrigo & Arnay, 1997).En psicología se ha hablado de un constructivismo evolutivo, educativo, cognitivo, terapéutico (Rodrigo & Arnay, 1997) y, en concreto, dentro de los ámbitos evolutivo y educativo, se han desarrollado distintas orientaciones teóricas y aplicadas relacionadas con los postulados constructivistas. Entre otras, podemos referirnos al constructivismo piagetiano, al constructivismo cognitivo inspirado en la teoría de esquemas y el procesamiento humano de la información, al constructivismo social o sociocognitivo, a la teoría histórico-cultural del desarrollo y del aprendizaje, a la teoría sobre la construcción del conocimiento en dominios específicos, etc. (Coll, 1996; Pozo, 1996; Rodrigo & Arnay, 1997).
LAS PERSONAS COMO AGENTES ACTIVOS
Las ideas constructivistas más afines a la tradición piagetiana y a la perspectiva del constructivismo radical. De acuerdo con estas posiciones, las personas interpretan su experiencia en función de sus propios conocimientos. Todo cambio en la organización cognitiva es una construcción personal a partir de las experiencias de aprendizaje, en las que las personas ponen en juego sus capacidades y las amplían. Lo que posibilita que la experiencia sea interpretable, lo que permite que las personas se apropien de unos determinados contenidos, es precisamente el establecimiento de relaciones entre la organización cognitiva del sujeto y las nuevas experiencias. Así, nuestro conocimiento no es una mera copia, sino una verdadera construcción y una condición para los nuevos aprendizajes. El conocimiento de los sujetos, caracterizado por su valor funcional y organizado en forma de esquemas (Piaget, 1964, 1975), de concepciones es considerado como marco de asimilación y de interpretación de los nuevos conocimientos. Es por eso por lo que se mantiene que el individuo es el constructor de su propio saber y el responsable último de su aprendizaje, aprendizaje que deviene de la propia actividad autoestructurante del sujeto (Coll, 1985). Es la construcción activa que realiza el sujeto la que promueve los cambios que se dan en su organización cognitiva; es esa construcción activa la que le permite progresar evolutivamente de unos niveles de desarrollo a otros más complejos.
De acuerdo con Delval (1997), la concepción de las personas como agentes activos ha sido a veces interpretada de una forma tan trivial que no ha servido para discriminar una posición constructivista, puesto que la afirmación de que el sujeto es activo forma parte, también, de otras posiciones en psicología y educación.
LA DIMENSIÓN INDIVIDUAL-SOCIAL
Las orientaciones constructivistas, incluidas las más relacionadas con la tradición piagetiana, han ido incorporando progresivamente una mayor preocupación por lo social y han asignado un papel destacado a los elementos sociales, en sus explicaciones, en su discurso y en su agenda de investigación. El análisis que realiza Gergen (1997) en relación con las posturas construccionistas en psicología, nos sirve de esquema para describir lo que sucede en las posiciones constructivistas en general. Podríamos decir que las tesis constructivistas han estado y están llevando a cabo una reconstrucción social de la mente o una reconstrucción social del individuo. Algunos intentos han tratado de definir los procesos individuales como fenómenos que tienen su origen en los procesos sociales o que son un derivado de ellos. Según Gergen, se trataría de la reconstrucción del mundo psicológico como un dominio de lo social, aunque poniendo un fuerte énfasis en los estados psicológicos de las personas. Estas teorías estarían de acuerdo con la concepción de un individuo dotado de estructuras psicológicas y agente activo de sus propios procesos psicológicos, pero sería la cultura la que establecería el carácter básico del funcionamiento psicológico. Entre las figuras relevantes que defenderían estos presupuestos puede situarse a Bruner, cuyos fundamentos pueden encontrarse en autores tan relevantes como Vygotski, Bartlett o Mead.
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